Ilusión
No podía quitar mi vista de aquella extraña visión. Soy de tierra adentro y no entiendo mucho de velas ni de pescadores pero estaba segura de que aquel barco no era del mar. Seguramente estaban haciendo una película romántica o algo así, pensé para darle una explicación. En un periquete subí al apartamento, cogí cámara y prismáticos y bajé los escalones de cuatro en cuatro. A punto estuve de dar con mis narices en el suelo del portal, pero no quería que aquella visión se me esfumara.
Allí estaba, como anclada, esperándome. Es verdad que los barcos de los pescadores ralentizan su entrada en el puerto, supongo que esperando una señal porque al final se juntan muchos. Vi sorprendida que llegaban más y todos tenían las velas desgarradas y de gasa. Os aseguro que la forma de ondear al viento esos andrajos transparentes era algo maravilloso.
Me calé los prismáticos y ¡oh desilusión! cuando los vi de cerca se disipó mi maravilla.
Las velas desplegadas de aquellos barcos no eran sino bandadas de voraces gaviotas que acompañan a los pescadores, ondeando igual que velas, con la esperanza de zamparse los pescados que se tiran al mar.
La ilustración que veis, y mi pensamiento de hoy, son un recuerdo de mis días en Cambrils, donde acudo durante un mes cada año en busca del mar.
Una tarde, como suelo hacer allí cada día, me senté a leer sobre las rocas del rompeolas. De vez en cuando alzaba mi vista para observar la vida sobre el mar. En esas estaba cuando divisé un barco lejano que supuse de pescadores. Algo, en él llamó poderosamente mi atención. Algo que no podía creer pero allí estaba. ¿Es posible que un barco lleve sus velas hechas jirones? Aquel barco las llevaba como andrajos y, lo que es más extraño, eran de gasa transparente y ondeaban al viento de una forma maravillosa.
No podía quitar mi vista de aquella extraña visión. Soy de tierra adentro y no entiendo mucho de velas ni de pescadores pero estaba segura de que aquel barco no era del mar. Seguramente estaban haciendo una película romántica o algo así, pensé para darle una explicación. En un periquete subí al apartamento, cogí cámara y prismáticos y bajé los escalones de cuatro en cuatro. A punto estuve de dar con mis narices en el suelo del portal, pero no quería que aquella visión se me esfumara.
Allí estaba, como anclada, esperándome. Es verdad que los barcos de los pescadores ralentizan su entrada en el puerto, supongo que esperando una señal porque al final se juntan muchos. Vi sorprendida que llegaban más y todos tenían las velas desgarradas y de gasa. Os aseguro que la forma de ondear al viento esos andrajos transparentes era algo maravilloso.
Me calé los prismáticos y ¡oh desilusión! cuando los vi de cerca se disipó mi maravilla.
Las velas desplegadas de aquellos barcos no eran sino bandadas de voraces gaviotas que acompañan a los pescadores, ondeando igual que velas, con la esperanza de zamparse los pescados que se tiran al mar.
Aun después de disipada aquella ilusión óptica, sigue siendo encantadora la llegada de los barcos pescadores al puerto, vista desde la lejanía.
20 comentarios:
no sé, no sé...
yo no me acabo de creer eso que cuentas...
me temo que voy a tener que ir esta primavera a comprobarlo con mis propios ojos.
jajajaja, como aprovechas el tanto chiquilla.
Si te llevas un colchón inflable puede que quepamos.
En fin,sin que sirva de precedente y dado que escogimos el mismo nick (tu en pequeño) y que yo te enseñé a navegar por estos mares virtuales,te haré un huequecito, pero tendrá que ser en el otoño.
Un beso, arrobita
Yo, que también soy de tierra adentro, siempre que visito un pueblo de mar, nunca dejo de visitar la 'lonja del pescado'... es como una postal sonora.
¡Ah!, el barco que viste era un barco pirata y, además, fantasma, que se disfraza de barco de pescadores para que sus marineros gocen con las 'sirenas de tierra adentro' que leen en el rompeolas.
¡Joooo!. Yo tampoco me quiero perder eso. ¿No habrá un sitito para mí, aunque sea a los pies del que más le huelan?. Prometo no roncar.
Hola chicos,la verdad es que este momento encaja más en mi serie "Momento surrealista" que en "Momento" a secas, pero se me coló aqui.
Sí,esa imagen es para no perdersela, y creo que se repite en todos los puertos de pescadores, solo que hay que tener ojos de "Antoñita la fantástica" para verlo así.
Las lonjas, Javier, estan tan informatizadas que ya no es lo mismo, pero el movimiento del puerto en esos momentos tiene mucho encanto: sus colores al atardecer, su olor, las gaviotas a la espera posadas en la playa, que das una palmada y se revuelan todas, luego vuelven a posarse.
Me divierte mucho.
Gracias. Creo que mereceis que os haga un hueco a todos.
Querida arroba.Te envío esto.Lo escribí ara un curso de microrrelatos.Desde ahora es tuyo. (Rosellini)
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"Qué bonito"
Los pescadores celebran sus capturas con casamientos, y lo anuncian colgando un velo de novia del mástil. Para comprobarlo basta con observarlos cuando regresan a puerto, escoltados por miles de gaviotas.
¡oh! Rosellini, cómo me alegro de coincidir contigo en el goce de esa imagen.
Gracias por tu rregalo, la imagen del velo de novia es preciosisima.
Y yo llamandolo andrajo.
Besos de sabor a gaviota deshilachada
uf, son casi las 4 pero aun veo mis faltas: cambie girones por jirones que parece que giran menos y ondean mejor
:-)
No recatarse para marcarme las faltas, pofi, que me empeño en no poner corrector para poner más atención.
Vivimos (bueno, en ocasiones sobrevivimos) gracias a ilusiones ópticas que nos dan la fuerza necesaria para ir en busca de cámara y prismáticos y bajar los escalones de cuatro en cuatro.
Besos orgiásticos.
PD: Me parece un lujazo encontrar mi orgía entre tus más preciadas joyas. Gracias, de verdad. Me has emocionado.
Yo te doy una explicación menos poética:
Las gaviotas eran asesinos alados, que se merendaban sin temor al OTRO, aquel que tanto la piaba, maja...
Hermosa descripción. Yo he nacido en la costa y he navegado mucho, pero comparto contigo la pasión por los ocasos a pie de playa o de malecón.
Y también veraneé en Cambrils, siendo adolescente. Curiosa coincidencia.
Besos.
-Sí Ella,tu perpetua orgía me parece una joya. Todo el mérito es tuyo.
-Es ley de vida, calaito, las gaviotas se merienda a...crudito y pataleando,pero se lo trabajan. Yo en cambio me acabo de merendar a... embuchado y adobado después que alguien me hizo el favor de evitarme la matanza.
-Tu en tu juventud, yo en mi madurez madura. Sigue siendo un pueblo de pescadores delicioso.
Estoy total y absolutamente de acuerdo con Arrobita. Tu versión no ofrece mucha garantía, hay que comprobarlo in situ.
Angelusa, que sigue lisiada, dice que también, que se apunta, que eso o se ve o no se cree (Santo Tomás, cap. IV, versículo 324)
Alto, altoooo, paren de soñar ustedes,a ver qué va a ser esto.
El apartamento para septiembre ya lo tengo alquilado yo. Pero seguro que la dueña no tiene inconveniente en alquilaroslo otros meses si vais en grupos de a dos (es ideal para una pareja de tórtolos)
Si quereis meter el dedo en la llaga os paso el teléfono.
Tu post me ha recordado mucho a la escena de un libro que me estoy leyendo, donde los barcos estaban hechos de agua. Por un momento pensé que ibas a decir algo así.
Yo me quedaré en tierra firme para no abarrotar el apartamento.
Ruth, Eso de los barcos de agua es sugerente ¿qué titulo?
Jhonatan Strange y el señor Norrel. Es sobre magia, lo de los barcos de agua no es más que una escena.
gracias, tomo nota
:-))
Probando, probando...
Me da el pálpito que tanto mi ordenador como yo, ya estamos curados. Es tanta la sincronía, que nos ponemos malos a la par.
Ruth, ¿sería mucho pedirte que reproduzcas esa escena aquí?
Qué casualidad! Ese mismo día, en ese mismo barco, un pescador tuvo otra ilusión óptica.
A lo lejos en la playa, justo al lado de una abuela que jugaba con un niño, le pareció ver una barriga tomando el sol.
Se fijó bien y vió que hasta tenía patas. Su desilusión llegó cuando cogió los prismáticos y vió que no era una ilusión. Era realmente una barriga con patas.
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