miércoles, 9 de mayo de 2007

“ Allegro molto agitato ed appassionato quasi presto”

Imagen de Pablo Amargo: un paraguas.


(En el taller de microrrelato).
"Undine".
Encontré mi batuta sobre el fondo del estanque. Sin tiempo a preguntarme cómo había llegado allí, la saqué y me precipite hacia el Palacio de la Música. Todo estaba preparado. La sonata “Undine” de Carl Reinecke, debía comenzar. Saludé ceremonioso. Al volverme hacia los músicos, ví asombrado que en su lugar solo había círculos de agua en calma. A pesar de mi estupor conseguí que mi batuta diera entrada a los arpegios del allegro inicial. Era increible. De aquellos círculos acuosos, en movimiento ya, surgían nítidas las notas; ora tensas, desafiantes, angustiadas. Ora dulces, alegres y tiernas. Solo llegado el movimiento final y ante la sonoridad etérea de aquellas notas, presentí lo que ocurría:
Cumpliendo su bendita amenaza; “Undine”, la ninfa acuática, se había adueñado de mi batuta, y del concierto.

1 comentario:

Arroba dijo...

No me digas
:-)