viernes, 9 de noviembre de 2007

Zane Grey

Desde que me casé no había vuelto a leer a Zane Grey por miedo a que me pareciera trasnochado lo que antes despertara mis sentidos. No ha sido así. Sigue provocándome la misma admiración que entonces o más…

Quiero que este capítulo de mi blog sea un homenaje al hombre cuyas novelas ejercieron un poder extraordinario sobre mí durante ese período tan decisivo en la vida, cuando uno entra con ímpetu en el mundo de los sueños y fantasías, esa época en la que permites a los héroes apoderarse de tu alma.

Yo era la heroína en todas las novelas de Zane Grey. Leía con tanta avidez que yo misma me asustaba al comprobar cómo a mi alrededor desaparecían los sonidos de una casa compartida con otros 14 hermanos por lo menos (los que sabían leer estaban tragándose a Zane Grey con la misma avidez que yo)

Lo que recibí de esta lectura quedó en mi espíritu para siempre. Era espléndida la forma en que sus personajes se emocionaban ante todo lo creado, su respeto a la naturaleza, su admiración por el hombre y sobre todo por la mujer. Su amor por el oeste americano le proporcionó tal maestría en la descripción que sus paisajes y sus personajes podían olerse, escucharse, verse, tocarse... nunca vuelto a encontrar quien me transmitiera algo así.
Sus héroes eran un reflejo fiel de la dura tierra donde se desarrollaba la escena. Rudos y fieros pero nobles y sinceros y sus heroínas tenían todas las cualidades que yo admiraba. Eran honestas, inteligentes, apasionadas y rebeldes; hermosísimas.


Me sorprendía no haber oído hablar jamás de este novelista, del que mis padres conservaban la colección completa y a mí se me antojaba como el más extraordinario. Esta colección de novelas del oeste se guarda en mi familia como un tesoro. También Miguel delibes leía con placer a Zane Grey, acabo de saberlo.

Decidida como estaba a ofrecerle mi homenaje, rastreé la www para encontrar referencias y mi sorpresa fue mayúscula cuando me topé con su nombre en las páginas de la NASA con el mejor homenaje que él pudiera imaginar: el nombre de mi admirado novelista ha quedado inmortalizado para siempre en un paraje de Marte, y varios de sus títulos y personajes prestan su nombre a los cañones colinas y valles que conforman ese paraje.


Yo no puedo sino agradecer a Pearl Zane Gray ( nombre completo) la forma en que me transmitió su amor por todo lo creado a través de sus novelas. Sin embargo también hay quien piensa todo lo contrario.

2 comentarios:

MªValle dijo...

Pues ahora no se como he llegado a este sitio tuyo, pero me ha gustado. Yo también he sido lectora asidua de Zane Grey, me gustaba mucho y también hace mucho que no leo nada suyo. Recuerdo que una vez le compré a mi hija un libro de Zane Grey, y no hace mucho lo quiso regalar, a lo que me negué, claro está. En casa de mis padres debe haber alguno todavía, porque a mi padre también le gustaba. En fin, que volveré a pasar por aquí.
Por cierto, no sé que relación tendrás con Zamora y la comarca de Aliste, pero mi marido es de allí. ;-)
Un saludito.

Arroba dijo...

Hola valle.
Aunque soy salmantina,vivo en Alcañices, que es uno de los pueblos de este Aliste de mis amores.
Me alegro mucho de coincidir contigo, al menos en esas dos cosas: a ambas nos gusta Zane Grey, y a ambas nos enamoró un alistano.
¿tienes blog? me gustará volver a verte por aqui