martes, 22 de enero de 2008

haiku:lo que sucede

El haiku es un aldabonazo sobre los sentidos.

Aunque no soy experta en el tema, puedo decir que el beneficio que proporciona el haiku a los que lo practican, no se obtiene solamente del ejercicio que debe hacerse para aprender a decir mucho en 17 sílabas, sino de la transformación que se produce en uno mismo al ser obligado a reflejar un mundo exento de invención propia: ni malo ni bueno, ni bello ni feo...
Lo primero que descubre el que se inicia en haiku es la cantidad de conceptos falsos que hemos acumulado. Ir eliminándolos es descubrir poco a poco que hay otra forma de mirar alrededor.

Un haiku es como una instantánea fotográfica de lo que sucede (no en vano los japoneses son creadores de esta forma de expresión). El objetivo capta el objeto sin sentimientos. Solo el que ve la instantánea pone sentimiento y juicios de valor en ella. Y es para preservar el haiku de contaminación, por lo que debe ser mostrado como lo hace el objetivo de una cámara fotográfica. Parece fácil de llevar a la práctica pero no lo es.

En el primer tema que desarrollamos en el taller, debíamos mostrar una instantánea captada en la noche. Yo mostré algo muy sencillo convencida de que había logrado que mi objetivo no estuviera contaminado:

tras los cristales
sobre la tierra oscura
cae el rocío

¡Qué sencillo y qué auténtico!. Pues no lo era. De forma magnífica me hizo ver el maestro que el rocío no cae, sino que surge sobre la superficie terrestre por la diferencia de temperatura entre la atmósfera y el suelo. Comprendí de golpe lo que significa la autenticidad del haiku y también la cantidad de conceptos falsos que debo eliminar. Toda una lección fue aquella.

A mi juicio lo importante del haiku radica en que nos fuerza a mostrar el mundo que es, sin intentar reinventarlo ni poetizarlo.

Las reglas que rigen el haiku aparentan encorsetarlo demasiado, pero una vez que tomas contacto con él, te das cuenta de que sin ellas, el haiku no tiene razón de ser. Ellas son su propio cuerpo y el haiku se vale de él para mostrarse.

Los occidentales que escriben haiku suelen saltarse a menudo sus reglas en pro de un mayor valor literario, lo que a mi juicio los aparta de la esencia del haiku, donde lo literario es lo de menos.

11 comentarios:

MªValle dijo...

Eres la segunda "bloguera" de las que soy asidua, a la que leo sobre Haiku, no recuerdo haber oido hablar antes de eso, pero te aseguro que investigaré y me informaré adecuadamente, en la medida de lo posible, me ha gustado el tema, es hermoso eso de dar un aldabonazo a los sentidos. Yo tengo demasiados conceptos falsos acumulados, si sólo pudiese eliminar la mitad de ellos...
Un beso (sin niebla)
;-))

Isabel dijo...

Gracias,Arroba,me ha parecido muy interesante y clarificador.Es como una puerta abierta para acceder a ese mundo tan desconocido para mí.Ahora los puedo entender y eso era fundamental para saber sacarle todo su jugo...
Muchísimas gracias,cada vez que lea ahora uno recordaré que tú me enseñaste su significado.
Un besazo,amiga.

Manolo Merino dijo...

Instructiva entrada, amiga.
Gracias mil por la guía.

Arroba dijo...

gracias por vuestras palabras.

Son Poemas dijo...

Un post interesante, Arroba; aunque, debatible.
El tema da para mucho, pero sintetizo:
Según tú, el haiku no debe poetizarse. Sin embargo, creo que el proceso en sí, es un poetizar continuo. Por lo tanto, el haiku, estaría poetizado aunque -y además- lo esté implícita y/o explícitamente al definirse como tal.
Otro punto, es el siguiente: hablas sobre el haiku que escriben los occidentales.
El haiku, es haiku; sin importar quién lo escriba. Cualquier similitud, es eso, algo que se le parece.
(El blanco, es blanco. El blanco humo, no es blanco.)

Saludos,
Lucy Romero.

Arroba dijo...

Me alegra esa intervención tuya sobre el haiku, son poemas, porque me parece acertado lo que escribes y el debatir sobre ello puede ayudar a adquirir verdades nuevas sobre la cuestión.
Yo también siento como cierto que el proceso del haiku, como el de vivir, es un poetizar continuo. Pero, por lo que he podido constatar (puedo estar equivocada) los jaijines huyen siempre de ese intento de transformación del mundo que sin embargo suele inspirar al poeta tradicional.

El poeta idealiza el mundo que ve-el jaijin lo muestra como fue crado.

El poeta juzga, se involucra en el poema- el jaijin permanece fuera, no hace juicios de valor.

Se observa un intento consciente en el jaijin de alejarse de palabras no utilizadas en lenguaje coloquial, justo lo contrario que hace el poeta. También huye de la rima y de muchos otros valores que los poetas utilizan.
Siempre es peligroso intentar definir algo, porque lo que existe no se agota en la pequeña parte que definimos, pero con lo que tu descubres y lo que yo descubro, ampliamos el conocimiento de la cosa.
No estoy segura de eso que dices. que el blanco es blanco. No,es la luz sobre el objeto la que lo define como blanco,¿no crees?

Arroba dijo...

Estas palabras quizá expliquen más claramente que yo.
"ha sido entendido generalmente como la transmisión de una sensación, hasta el punto de llegar a denominar al haiku como: la poesía de la sensación".
"El léxico que emplea es fundamentalmente sustantivo y en él no caben términos que refieran abstracciones".

Larrey dijo...

En mi blog le hemos pillado el gusto a este tipo de relatos, tanto que ya vamos por la II edición del concurso anual...
Por cierto, os invitamos al II concurso de suspiros del trastero de la imaginación:
http://eltrasterodelaimaginacion.blogspot.com/

Son Poemas dijo...

Hola arroba; bueno, estamos de acuerdo en "el poetizar continuo", algo en lo que insisto. A pesar de plasmar algo tal y como es, el acto en sí, es poesía. O, dicho de otro modo: el haiku, es poesía.
En cuanto a "blanco" me refiero a: El haiku, es haiku. Las opiniones vertidas al respecto, ni lo disminuyen, ni lo aumentan.

*Cambiando de tema, ¿tienes otro blog con otro diseño?
Entré a "momentos" (desde mis favoritos) y me descuadró.
A este blog, también entré desde "Favoritos". No sé por qué tengo dos.
:)

Bueno, ya volveré por acá.

saludos,
Lucy.

Arroba dijo...

Hola Lucy, gracias por venir.

No tengo más que este blog, aunque sí he tenido otros "momentos" en que reflejaba pensamientos que me surgían sobre temas más alejados de mi,tanto en el tiempo como en el espacio.
Mira, entiendo muy bien lo que me explicas del haiku y supongo que discrepamos por mi frase "Los occidentales que escriben haiku suelen saltarse a menudo sus reglas en pro de un mayor valor literario, lo que a mi juicio los aparta de la esencia del haiku, donde lo literario es lo de menos".
Quizá es en esa frase mía en la que deberíamos centrarnos para darnos cuenta, quizá, que aún ambas captamos el haiku de forma diferente.
Con esa frase quería referirme a la diferencia que yo observo entre los poetas occidentales y los jaijines japoneses.
Los unos parecen involucrarse de forma inevitable en lo que muestran, con lo que transforman la imagen al contaminarla de juicios (maravillosos o no)
Los otros, al contrario, evitan en lo posible involucrarse, mostrando el hecho sin contaminarlo con juicios personales porque no buscan juzgar el mundo ni adornarlo, sino descubrirlo.
¿Estás de acuerdo en eso?

Arroba dijo...

Han pasado años pero me apetece añadir que para mí el haiku es creación de nuestro Yo, sin embargo el poeta crea siempre desde el Ego