sábado, 23 de febrero de 2008

La cuenta atrás...

Mi portátil llevaba un mes emitiendo ruidos extraños cuando yo le pedía datos, como si estuviera siempre atragantado. Ayer era ya tan escamante su lentitud de movimientos que le dije:
-Lo siento, amigo, pero tendrás que devolverme los secretos que me guardas, antes de irte al hospital o al cementerio.
Le colé el primer cedé dándole ánimos y él empezó a soltar lo que le pedía muy lentamente. Pasaron unas 8 horas y solo había grabado 4 cedés sin dejar de quejarse ni un momento.
Por fin llegamos al último y mientras mi portátil seguía quejándose, yo cenaba mirando la pantalla de reojo.
Justo cuando iba a introducirme un pedazo de pan pringado en la boca, alcancé a leer en la ventanilla de grabación este increíble mensaje:
“calculando el tiempo restante... faltan 531.722 días y 14 horas... (qué optimismo)
A mí me dio tanta risa que el pedazo de pan se atascó en mi garganta... ni para arriba ni para abajo. Ya estábamos los dos en las mismas condiciones, aunque él parecía presentar síntomas de un ataque de optimismo mientras yo creía morir atragantada en pocos minutos.

Esta mañana levanté su tapa ilusionada para ver cómo estaba. Había un mensaje:
“Sistema operativo no encontrado”
Diagnóstico: disco duro “cascado”.
Solución: transplante.
Por suerte le dio tiempo a devolver mis secretos. Hoy tengo un ordenador prestado pero eso es como estar fuera de casa.

3 comentarios:

Isabel dijo...

Me alegro que, al menos, tú te hayas salvado,amiga...
Qué bien has expresado cuando uno camina con los zapatos de otro,jaja.
Es que por algo se le llama "personal computer",digo yo..jaja.
Un beso,te sigo leyendo;aguanta con el que sea mientras. ;-)

Arroba dijo...

Isabel,ya tengo mi ordenador recien operado. Creo que brilla por dentro, jeje.
Gracias por las palabras tan amables que dejas en el "momento" oportuno.

Arroba dijo...

Isabel, he pasado por tu blog y la tristeza te envuelve como una niebla.
Leo tu comentario aquí, a la derecha, y pienso que fue la última vez que te vi reir.
Espero que no tardes en disipar esa niebla de tristeza y volvamos a recuperar tu mirada alegre sobre el mundo.