sábado, 6 de septiembre de 2008

¡Dios, tengo un perro en mi dormitorio!

fotos de Angelusa -montaje de Ana
Siempre detesté a los animales de compañía, pero cuando los perros se empeñan en acompañarme...
Desde que me casé, los he tenido a pares; unos porque me los traen y soy incapaz de rechazarlos, otros porque se empeñan en que soy su dueña, buscan para dormir un lugar solitario en el jardín y de paso... un saludo y su ración de comida. Uno de estos, al que llamo "perrito", es un caso digno de ser estudiado en psiquiatría perruna. Duerme y come en su rincón desde que era un cachorro, pero aún no he podido conseguir hacerle ni una sola caricia. Viene a lamer mi mano si mi palma está a la vista, pero si la vuelvo hacia abajo para acariciarlo sale huyendo como si temira un golpe.- Joer, perrito, que llevas comiendo de mi mano 7 años.

No me estorban si no se empeñan en entrar en casa pero mi hija, que encontró a "pelusa" abandonada, piensa que esta perrita es casera y se morirá si no la tenemos dentro. Vale, pero procura que yo no me la encuentre, le advertí.
Mi verdadero problema ha empezado cuando Ana se ha ido a vivir a su casa y yo he comenzado mi vida en solitario.-Te dejo a "pelusa" hasta que te acostumbres a estar sola y así tienes con quien hablar, me dijo. Una extraña razón me impulsó a aceptarlo y empecé a hablar con la perra como si fuera una persona, y creyendo con esa fe de creer lo que no vimos que ella me entiende ¡qué locura! Un día vino a dormir junto a mi cama... pasaron las horas y yo no dije nada. Durante las noches siguientes constaté de modo absurdo, que yo me sentía más segura con la perrita junto a mi cama.
Y eso no es todo. Ana la echa mucho de menos y dice que ya se la lleva, de modo que, en un impulso irracional, he ido a buscarme un cachorro para poder continuar con los monólogos perrunos y la compañía nocturna.
Nunca sentí la soledad ni padecí miedos absurdos ¿cómo puedo haber cambiado tanto de la noche a la mañana? Estoy de psicoanálisis, como "perrito".

6 comentarios:

Ángela dijo...

No has cambiado, Arroba, digamos que te has adaptado a una nueva situación en la que se incluyen perros. Y si son como la Pelu, el Pepito y ahora Kai, para qué quieres más días de fiesta.
-Yo también los siento como si fueran hijos mios pero, ojo, que nadie los llame hijos de perra que me puedo molestar:-)))))-.
Besito para l@s cuatro.

Anónimo dijo...

Nos estamos haciendo mayores, Arrobita, y se nos enternece el corazón.
Es ideal, ¿cómo no vas a quererlo?

Besos orgiásticos

Isabel dijo...

Estoy de acuerdo con "ella y su orgía",la ternura nos va venciendo y además valoramos la compañia fiel que aporta un animal,en este caso una linda perrita.
A mí es que me desarman los cachorros cuando miran con esos ojillos desolados..jaja
Yo disfrutaría con esa compañia,siempre desinteresada,amiga.No lo dudes.Eso sí,cuidado y no la malcríes eh, jaja.;-) Un besote.

Anónimo dijo...

Pero Gloria, me has robado los derechos de autor del montaje de las fotos.
Te llevaré a los tribunales.

Arroba dijo...

¡pues si que empiezo bien la temporada! ya van dos ameazas de guzgado con este post.
Olvidé poner bajo las fotos a su autora (angelusa) y ahora me olvido de que trabajaste duro en el montaje. Lo subsano de inmediatoooooooo.
Oyeeee anusky,para ser la primera vez que entras en esta casita ¡vaya humos! además de amenazar,mójate con alguna sonrisita, que kai se ha quedado tristona al verte entrar y salir con esos gritos.
(colleja mía y un pedito de kai)

Arroba dijo...

ah, y ¿quien es Gloria?