viernes, 26 de septiembre de 2008

Momento apasionante


Me apasiona vivir en este tiempo  porque se me antoja como si los dioses, hartos de la porquería que nuestro vivir esparce por el universo, nos hubieran enviado la furia de aquellos bíblicos cien bueyes en estampida (hecatombe)
Cuando el rumor de su galope se hizo atronador y su fuerza empezó a arrollarlo todo, subí a mi atalaya para ver el panorama desde otra perspectiva. Allí abajo sólo se adivinaba el caos envuelto en una inmensa nube de polvo.
Desde arriba logré ver con claridad la caótica escena…

Cuando la estampida arrasó los falsos pilares de la Gran Catedral de Ladrillo y Hormigón, escuché un clamor de agradecimiento popular, a pesar de que los pedazos del edificio caían sin piedad sobre los inocentes que se habían cobijado bajo él. Aquel clamor se convirtió en regocijo cuando, uno tras otro, los constructores del edificio fueron arrojandose por las ventanas. No me avergüenza confesar que fue consolador verlos caer de bruces contra los cascotes de sus propios ladrillos, cobrados al ciudadano a precio de oro.
Los cien bueyes bufaban ahora contra el suelo hasta que por debajo de La Gran Catedral apareció un agujero negro custodiado por horribles gigantes de esos que nacen con el brazo extendido y la mano vacía pero tras su espalda esconden el dinero del mundo cubierto con chatarra para disimular. Asombrada, la multitud les gritaba ¡dadnos nuestro dinero! pero ellos sacaron la chatarra y huyeron a esconderse en el negro agujero. Los bueyes arrasaban a diestro y siniestro mientras el clamor popular crecía más y más y algunos blandían sus puños amenazantes. Disimulando su pánico, asomó a regañadientes el Gran Guardián del agujero negro y precipitadamente leyó ante todos una especie de exorcismo para calmar a la gente, pero eso no paró la estampida que cada vez más acelerada alcanzaba ya la boca del agujero negro -¡sálvese quien pueda!- se oía gritar.
¿Qué habrá dentro del agujero? ¿Dónde habrán escondido el oro del mundo? ¿Arrasarán los bueyes todo hasta que lo encuentren o serán aniquilados antes? y después… ¿Quedará en pie solo lo auténtico y sucumbirá lo falso?
Sí, es apasionante poder seguir el devenir del mundo en un momento de transformación como este.
Todas las "catedrales sagradas" serán derribadas por la furia popular y habrá ruinas durante muchísimos años pero intuyo que nuestro mundo será algo más firme y limpio cuando esto termine. La mierda nos ahoga ya, pero viviermos años de tremenda injusticia hasta que la limpiemos. Confío en ello.

5 comentarios:

Ángela dijo...

Esperemos que sí, que sea más límpio y firme nuestro mundo (es decir, nuestro mundo doméstico y el Mundo en general). Como decíamos el otro día, quizás esta fuera una revolución necesaria. Lamentablemente los metafóricos bueyes que tan rebién has descrito, se han llevado por delante a quien menos culpa tenía.

Arroba dijo...

Sí,angelusa, por eso lo siento como hecatombe ( en ellas siempre hay sacrificio de inocentes) pero en ésta, se da la especial circunstancia de que se está produciendo un efecto womerang desconocido y de proporciones incalculables que me interesa muchísimo.

Anónimo dijo...

Al hilo del último párrafo de tu post: eso espero, querida Arrobita. Eso espero.

Besos orgiásticos

Sebastián Puig dijo...

Chica,a ver si alguien te contrata para contrarrestar a los profetas del mal fario inacabable. Un beso.

Isabel dijo...

Amiga,paso a desearte muchas felicidades ,allá por donde te encuentres;sé que los buenos deseos viajan rápido a los corazones...

¡Felices fiestas,amiga!:-)